viernes, 29 de junio de 2012

Mis favoritos en internet

A la caza del tesoro!! Así me gusta pensar la búsqueda de información en internet, un escenario de dimensiones inmensas, una jungla de enlaces y websites, un laberinto de calles digitales.

Las compartí hoy a mis alumnos cuatro plazas interesantes. La primera no es una base de datos sino una plataforma de búsqueda de información que tiene la peculiaridad de ser al mismo tiempo una red social. Hablo de STUMBLEUPON, una especie de "red de favoritos", donde cada miembro de esa red selecciona sus temas de interés y clica en Stumble para obtener páginas que han sido "favoriteadas" por otros mienbros con sus mismos intereses. Mi truco personal es elegir temas muy específicos y también chismear sobre los favoritos de los miembros que eligen páginas interesantes. Ojo, es adictivo y te puedes clavar horas enteras "stumbleando" sin parar, yendo de una página a otra, explorando nuevos temas de interés.

Pero Stumbleupon no deja de ser una red inmensa, poco selecta de información. Conocimiento en bruto. Para la ciencia neta mi página favorita es TED, esa colección de conferencias de expertos mundiales en las áreas del conocimiento más diversas. Gracias a TED conocí, por ejemplo, a gente tan interesante como Ken RobinsonTim Berners-Lee o Deb Roy. Es decir, gente que ha cambiado mi visión del lenguaje, la internet y la educación. Porque lo que caracteriza las conferencias de TED, más allá del placer de escuchar gente brillante, es el conocimiento de vanguardia que ofrece. Todo en un estilo muy cool, muy californiano.

Del lado ya de la divulgación científica, me encanta el programa de REDES, capitaneado por el encantador Eduardo Punset. Cada programa aborda un tema diferente relacionado con la ciencia y los conocimientos y teorías más interesantes del siglo XXI. Y Punset entrevista a los que considera son los intelectuales y científicos más interesantes del mundo. En fin, una delicia. Para que luego digan que la televisión es una "caja tonta".

Y de la tele a las revistas. Muy interesante es una de las más consagradas en el ámbito de la ciencia popular y una buena website para echar un vistazo a las noticias y curiosidades que se están cocinando en cada una de las áreas del conocimiento. Sus reportajitos, en su versión digital, no son precisamente muy elaborados ni precisos, pero sirven muy bien para encontrar autores, ideas, pistas para seguirle profundizando.

Y hablando de maravillas del conocimiento aquí va una probadita de las chucherías que la NASA sube a la red. Hay que clicar en el enlace: http://apod.nasa.gov/apod/ap120312.html

jueves, 28 de junio de 2012

El objeto especial. Pros y contras de la tecnología

La dinámica es tan simple como inesperada. Les pido a los alumnos que traigan un objeto especial para ellos y que platiquen de ese objeto frente a la clase durante un ratito. El jugo educativo de la actividad es muy variado: rompe el hielo, crea cohesión de grupo y sirve para entrenar la habilidad de hablar en público. También me permite tomarle el pulso a cada grupo, pues lo que lo alumnos muchas veces no saben es que cada grupo, más allá e sus individualidades, adquiere una especie de "personalidad colectiva". Es como las aves que vuelan en grupo... y lo hacen de forma sincronizada.

Una vez más, fue una experiencia muy interesante. Al grupo 3 le costó entrar en calor y una especie de melancolía se apoderó del salón. Pero eso me ayudó a reaccionar con energía y hacer lo posible porque se sintieran más cómodos y activos. ¿Lo logré? Sólo el tiempo lo dirá, pero poco a poco sí sentí que el grupo reaccionaba y empezaba a liberarse.
En el grupo 2, en cambio, el tono fue más emotivo. Varios compañeros compartieron sentimientos íntimos que los llevaron al borde de la lágrima. Y lo que más me gustó fue el aplauso que inspiró la noticia de la muerte del padre de uno de los alumnos. Ese aplauso fue un abrazo colectivo, así lo sentí.

Después inició propiamente el curso. Y arrancó con fuerza, con el video del conectivismo, una teoría del aprendizaje que propone que los seres humanos aprendemos socialmente y que las conexiones que hacemos con otras fuentes de información son más valiosas que el propio conocimiento. Una de sus posibles aplicaciones educativas la explica muy bien este video:


Hasta ahora he hecho lo posible por atraer a los chavos al encanto de aprender con nuevas tecnologías. Ése es el camino que yo he elegido como profesor y como investigador. Mi pizarrón es la pantalla y el proyector, mi libro de texto es un blog y mi forma de comunicación favorita fuera de clase es Facebook.

Pero es hora de que los chavos también conozcan el lado oscuro de esa tecnología. O, al menos, algunos de los problemas y de las pérdidas que puede suscitar. En ese sentido, el libro de Nicholas Carr es demoledor. Argumenta que la internet nos vuelve más distraídos , superficiales y vulnerables a la manipulación de los poderosos. Pueden leer una entrevista donde alude, de pasada, a estos problemas. Acabo de releer su famoso libro, Superficiales (Carr, 2010) y les comparto algunas de sus frases más combativas:

"la red es, por su mismo diseño, un sistema de interrupción, una máquina pensada para dividir la atención" (p.162).

"[con la computadora] hemos arrinconado la tradición intelectual de solitaria concentración en una sola tarea, la ética que nos había conferido el libro impreso. Nos hemos pasado al bando de los malabaristas" (p. 142).

"A medida que el uso de la Web dificulta el almacenamiento de información en nuestra memoria biológica nos vemos obligados a depender cada vez más de la memoria artidficial de la Red, con gran capacidad y fácil de buscar, peo que nos vuelve más superficiales como pensadores" (p. 237)

"No debemos permitir que las glorias de la tecnología nos cieguen ante la posibilidad de que hayamos adormecido una parte esencial de nuestro ser" (p. 255)


Referencias:
Carr, N. (2010). Superficiales. ¿Qué está haciendo internet con nuestras mentes? Madrid: Taurus.



miércoles, 27 de junio de 2012

Primeras impresiones de las clases

En el fondo, siempre detesto el primer día de clases. Bueno, detestar es una palabra excesiva, pero sí es verdad que no siento que el curso comienza sino hasta el segundo día, con la actividad del "objeto especial".

Hoy me dí cuenta de un error. Mi idea, hasta ahora es aprovechar la primera mitad de la clase para responder a las preguntas que lo alumnos tengan del curso y la segunda parte cederles el espacio para que se presenten y podamos empezar a conocernos como seres humanos. "Como Dios manda", que decía mi abuelita.

El problema es que en esa primera parte de la clase me siento incómodo. Cada vez más. Me siento, básicamente, solo, parapetado en ese rol de profesor que tiene la responsabilidad de transmitir sus políticas del curso. Los estudiantes, al fondo, muy al fondo, en una actitud pasiva también heredada de la tradición del aula, con la mirada opaca.

La próxima vez voy a cambiar la estrategia. Lo primero es que nos conozcamos, aunque sea de refilón, y me parece congruente con la filosofía del curso que sean los alumnos los primeros protagonistas de la clase, no sus "convidados de piedra". Se me courre que al hilo de sus presentaciones podría yo intervenir e ir insertando información sobre el curso. De esa manera sería más interesante, pues si logro hacerlo bien, el plan del curso se iría desplegando ante los ojos de todos de manera natural, mezclado con nuestras historias y aficiones personales. Es más difícil, claro, pero pienso hacerlo la próxima vez. Hoy me cayó el veinte.

Qué difícil es romper con ciertas rutinas académicas. Sigo pensando que tiene razón Ken Robinson, cuando dice que nuestro actual sistema educativo hereda la filosofía industrial de producir resultados educativos estándares. Ese sistema tiende a desempoderar al alumno, que se siente a merced de lo que el profesor quiera hacer con la clase, y tiende también a enajenar al profe, que se siente esclavo de un programa que nunca contribuyó a crear. Pero el mundo está cambiando mucho y tal vez sea ya hora de experimentar formas más personales y colaborativas de enseñar y aprender.

martes, 26 de junio de 2012

Blogueando

Ya quedó claro en la entrada anterior: uno de los platillos fuertes del curso es la elaboración de un blog personal.

¿Qué es eso del blog?¿qué relación tiene con la lectura y escritura académica? ¿cómo se evalúa? ¿para qué sirve? En realidad, no tengo respuestas definitivas a esas preguntas, sólo las ganas de seguir jugando con una tecnología que llevo varios años aplicando a mis clases.

Un blog viene a ser, en pocas palabras, una especie de website personal que permite la publicación de mensajes (entradas o "post") más o menos elaborados que se presentan en virtud de su fecha, de los  más recientes a los más antiguos. Esa sensación de actualidad ha hecho que algunos sientan el blog muy cercano al periodismo. Pero también se le ha considerado hermano moderno de los diarios íntimos de toda la vida, con la salvedad de que las intimidades blogueras están al alcance de cualquier navegante de la red.

Otro detalle importante. El blog permite que otros hagan comentarios a cada una de las entradas que publicas. Es por ello que Steve O'Hear asegura que el blog fomenta"a truly democratic learnig space", esto es, una comunidad de lectores y escritores que aprenden los unos de los otros. Hasta ahí la teoría, porque en la práctica la aplicación educativa de los blogs es un camino lleno de trampas. El estudio de Luis Antonio Monzon documenta uno de los problemas más frecuentes: la falta de cultura autodidacta de los estudiantes, acostumbrados a actividades de aprendizaje mucho más dirigidas y controladas por el profesor. Ya saben. El mal de Estocolmo: uno se enamora de la soga que lo esclaviza. Así que el blog, que facilita el aprendizaje autónomo y la colaboración entre pares (entre los compañeros) también puede ser un escenario demasiado novedoso y ajeno en el que muchos alumnos pueden fácilmente perderse.

Yo lo uso, de momento, de forma académica. Es decir, cada alumno debe escribir de temas relacionados con su carrera y, en este curso, muchas veces los temas tratados en el blog son una extensión del asunto elegido por cada alumno para su ensayo final. El blog les permite profundizar en algunos aspectos que son tratados de pasada en su ensayo, o bien escribir de lo mismo pero con la libertad de una prosa más personal y multimedia. Otros alumnos aprovechan la ocasión para vincular esos temas intelectuales con su propia biografía y en el blog salpican de anécdotas y comentarios personales un conocimiento que la escritura académica abordaría con objetividad clínica.

Sin embargo, el reto que yo les propongo a los estudiantes es que usen el blog como espacio experimental en el que jugar con el lenguaje, con sus ideas, con su propia personalidad intelectual. Se valen groserías, por supuesto. Se valen pedanterías en latín, también. Tonos sarcásticos, o juguetones o, por qué no, cursis. El blog, para mí, es un espacio de libertad y de búsqueda personal. También de vecindario, pues en las clases hago que los alumnos se lean y comenten entre sí y como tengo la suerte de contar con alumnos de las disciplinas más variadas (arquitectura, danza, economía, literatura, ingeniería, medicina, diseño, etc) los blogs tejen entre sí una especie de foro universitario, de chimorreo intelectual, de revista cultural.

Pero, lo más interesante, es que con cada curso suceden cosas diferentes. Así que lo que pase con el blog en este verano II está en manos de lo que los alumnos y yo queramos que pase.  Lo valioso para mí es explorar las posibilidades que ofrece un tipo de lectura y escritura asociada a la internet y lo digital. Es decir, la lectura y escritura que se está imponiendo con paso acelerado en el siglo XXI. En este video lo explica muy bien Daniel Cassany, uno de los educadores que inspira mi trabajo:

Un poco del curso

¿Qué adjetivos describen el tipo de curso que quiero ofrecer? Digital, intensivo, comunitario, innovador, exigente, constante, alegre, personal.... seguro ésos estarían en mi lista.

Y aquí debo ser honesto y confesarles que el curso es una mezcla de dos cosas: por una parte, de la intención del Departamento de Primera Lengua y de la universidad de formar a los alumnos en habilidades de lectura y escritura académica, que culminan en la elaboración de un ensayo crítico en el que el alumno debe defender, en unas diez cuartillas, su propio punto de vista respecto a un tema de su área de conocimiento. Hasta ahí ninguna sorpresa, pues el curso anterior, Pensamiento y Lenguaje tenía una vocación similar. El segundo ingrediente del curso es lo que yo llamo la "alfabetización digital", que no es sino el intento de trabajar esas habilidades de lectura y escritura con herramientas tecnológicas digitales y desde una búsqueda constante de la innovación educativa. Osea, de leer y escribir pero con nuevas herramientas y con nuevas formas de aprendizaje. ¿La mezcla es armónica o esquizofrénica? Ese es el quid del curso.

El curso tiene tres etapas (parciales) y una prueba final. En el primer parcial cada alumno iniciará la construcción de su blog y buscará información relevante del tema que eligió. En PREZI comunicará a sus compañeros una visión general de lo más interesante que ha encontrado respecto a ese tema. En el segundo parcial, a la par que irá desarrollando en su blog diferentes textos relacionados con sus intereses intelectuales, deberá elaborar una versión breve del ensayo académico (de unas tres cuartillas). Yo la llamo "ensayo-bebé". Por último, en el tercer parcial haremos crecer en cantidad y calidad su blog al mismo tiempo que desarrolla su ensayo hasta su versión definitiva de unas diez cuartillas.

Aquí les muestro algunas imágenes que dan fe de la evolución de la escritura, desde las tablillas sumerias a los blogs digitales:


Tablilla sumeria


Papiro egipcio
Códice medieval
Incunable (primeros libros impresos)





E-reader

lunes, 25 de junio de 2012

Un poco de mí

Qué tal!

Soy Sergio, su profesor de Escritura en las profesiones, su compañero de viaje en este próximo mes de julio.

Tengo la fortuna de ser hijo de dos Españas muy diferentes, la de un Madrid cosmopolita, medio moro medio europeo, lleno de parques y de bares, lugar de todos y de nadie pues, como decía Joaquín Sabina, en Madrid "se cruzan todos los caminos". Pero también la Castilla profunda de la aldea de mi madre, Cardeñosa, un pueblo sin habitantes pero lleno de alma, de campo solitario, chimeneas, olor a tomillo y tribu familiar.

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Soy curioso, patológicamente curioso, desde niño. Me incliné por las letras, aunque las mates se me daban bastante mejor. Hice un año de periodismo y me cambié después a Filología, en la Complutense, donde estudié linguística e historia de la literatura.



Hice dos maestrías, ambas en letras y empecé a dar clases de español para extranjeros. Desde hace cuatro años doy clases de lengua. Me divierte observar cómo algunos colegas me miran por encima del hombro, como si dar clases de este tipo de materias fuera una especie de purgatorio. Para mí, sin embargo, no hay materia más noble que la de enseñar a pensar, leer, escribir y comunicarse mejor. Soy un privilegiado, un consentido de la vida.

Estudio Doctorado en Innovación Educativa, donde me empapo de nuevas visiones de la educación y de tecnologías aplicadas al arte de aprender. Y qué quieren que les diga... me volví adicto a ese ejercicio de exploración y experimentación constante. Ése es mi secreto mejor guardado... finjo estar enseñándoles cosas a los alumnos cuando en realidad estoy siempre alerta para aprender de ellos.
Sí, soy adicto al aula y adicto al conocimiento y mi sueño actual es terminar mi doctorado para, en seguida, empezar otro, y después otro y así hasta que el Alzhaimer llene de bruma mi cerebro.

Mi amor a las letras se lo debo a los libros que he leído. El mejor compañero fue el Quijote, una novela llena de humor, groserías, aventuras e ironía, una especie de comic, irreverente y nostálgico. Mis poetas favoritos son Antonio Machado, un tipo taciturno  y genial, como Messi, y Neruda, el Cristiano Ronaldo de la poesía Latinoamericana, de un verbo atlético y poderoso. Nietzsche fue un filósofo que cambió mi forma de entenderme y el Señor de los Anillos, de Tolkien, una novela que leí de forma obsesiva. Como pensadores de lo mío, de la innovación educativa, me quedo con Daniel Cassany y Ken Robinson.