martes, 26 de junio de 2012

Blogueando

Ya quedó claro en la entrada anterior: uno de los platillos fuertes del curso es la elaboración de un blog personal.

¿Qué es eso del blog?¿qué relación tiene con la lectura y escritura académica? ¿cómo se evalúa? ¿para qué sirve? En realidad, no tengo respuestas definitivas a esas preguntas, sólo las ganas de seguir jugando con una tecnología que llevo varios años aplicando a mis clases.

Un blog viene a ser, en pocas palabras, una especie de website personal que permite la publicación de mensajes (entradas o "post") más o menos elaborados que se presentan en virtud de su fecha, de los  más recientes a los más antiguos. Esa sensación de actualidad ha hecho que algunos sientan el blog muy cercano al periodismo. Pero también se le ha considerado hermano moderno de los diarios íntimos de toda la vida, con la salvedad de que las intimidades blogueras están al alcance de cualquier navegante de la red.

Otro detalle importante. El blog permite que otros hagan comentarios a cada una de las entradas que publicas. Es por ello que Steve O'Hear asegura que el blog fomenta"a truly democratic learnig space", esto es, una comunidad de lectores y escritores que aprenden los unos de los otros. Hasta ahí la teoría, porque en la práctica la aplicación educativa de los blogs es un camino lleno de trampas. El estudio de Luis Antonio Monzon documenta uno de los problemas más frecuentes: la falta de cultura autodidacta de los estudiantes, acostumbrados a actividades de aprendizaje mucho más dirigidas y controladas por el profesor. Ya saben. El mal de Estocolmo: uno se enamora de la soga que lo esclaviza. Así que el blog, que facilita el aprendizaje autónomo y la colaboración entre pares (entre los compañeros) también puede ser un escenario demasiado novedoso y ajeno en el que muchos alumnos pueden fácilmente perderse.

Yo lo uso, de momento, de forma académica. Es decir, cada alumno debe escribir de temas relacionados con su carrera y, en este curso, muchas veces los temas tratados en el blog son una extensión del asunto elegido por cada alumno para su ensayo final. El blog les permite profundizar en algunos aspectos que son tratados de pasada en su ensayo, o bien escribir de lo mismo pero con la libertad de una prosa más personal y multimedia. Otros alumnos aprovechan la ocasión para vincular esos temas intelectuales con su propia biografía y en el blog salpican de anécdotas y comentarios personales un conocimiento que la escritura académica abordaría con objetividad clínica.

Sin embargo, el reto que yo les propongo a los estudiantes es que usen el blog como espacio experimental en el que jugar con el lenguaje, con sus ideas, con su propia personalidad intelectual. Se valen groserías, por supuesto. Se valen pedanterías en latín, también. Tonos sarcásticos, o juguetones o, por qué no, cursis. El blog, para mí, es un espacio de libertad y de búsqueda personal. También de vecindario, pues en las clases hago que los alumnos se lean y comenten entre sí y como tengo la suerte de contar con alumnos de las disciplinas más variadas (arquitectura, danza, economía, literatura, ingeniería, medicina, diseño, etc) los blogs tejen entre sí una especie de foro universitario, de chimorreo intelectual, de revista cultural.

Pero, lo más interesante, es que con cada curso suceden cosas diferentes. Así que lo que pase con el blog en este verano II está en manos de lo que los alumnos y yo queramos que pase.  Lo valioso para mí es explorar las posibilidades que ofrece un tipo de lectura y escritura asociada a la internet y lo digital. Es decir, la lectura y escritura que se está imponiendo con paso acelerado en el siglo XXI. En este video lo explica muy bien Daniel Cassany, uno de los educadores que inspira mi trabajo:

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