lunes, 25 de junio de 2012

Un poco de mí

Qué tal!

Soy Sergio, su profesor de Escritura en las profesiones, su compañero de viaje en este próximo mes de julio.

Tengo la fortuna de ser hijo de dos Españas muy diferentes, la de un Madrid cosmopolita, medio moro medio europeo, lleno de parques y de bares, lugar de todos y de nadie pues, como decía Joaquín Sabina, en Madrid "se cruzan todos los caminos". Pero también la Castilla profunda de la aldea de mi madre, Cardeñosa, un pueblo sin habitantes pero lleno de alma, de campo solitario, chimeneas, olor a tomillo y tribu familiar.

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Soy curioso, patológicamente curioso, desde niño. Me incliné por las letras, aunque las mates se me daban bastante mejor. Hice un año de periodismo y me cambié después a Filología, en la Complutense, donde estudié linguística e historia de la literatura.



Hice dos maestrías, ambas en letras y empecé a dar clases de español para extranjeros. Desde hace cuatro años doy clases de lengua. Me divierte observar cómo algunos colegas me miran por encima del hombro, como si dar clases de este tipo de materias fuera una especie de purgatorio. Para mí, sin embargo, no hay materia más noble que la de enseñar a pensar, leer, escribir y comunicarse mejor. Soy un privilegiado, un consentido de la vida.

Estudio Doctorado en Innovación Educativa, donde me empapo de nuevas visiones de la educación y de tecnologías aplicadas al arte de aprender. Y qué quieren que les diga... me volví adicto a ese ejercicio de exploración y experimentación constante. Ése es mi secreto mejor guardado... finjo estar enseñándoles cosas a los alumnos cuando en realidad estoy siempre alerta para aprender de ellos.
Sí, soy adicto al aula y adicto al conocimiento y mi sueño actual es terminar mi doctorado para, en seguida, empezar otro, y después otro y así hasta que el Alzhaimer llene de bruma mi cerebro.

Mi amor a las letras se lo debo a los libros que he leído. El mejor compañero fue el Quijote, una novela llena de humor, groserías, aventuras e ironía, una especie de comic, irreverente y nostálgico. Mis poetas favoritos son Antonio Machado, un tipo taciturno  y genial, como Messi, y Neruda, el Cristiano Ronaldo de la poesía Latinoamericana, de un verbo atlético y poderoso. Nietzsche fue un filósofo que cambió mi forma de entenderme y el Señor de los Anillos, de Tolkien, una novela que leí de forma obsesiva. Como pensadores de lo mío, de la innovación educativa, me quedo con Daniel Cassany y Ken Robinson.

1 comentario:

Belén dijo...

Y digo más: un hombre entregado a lo que le gusta, y que es envidia de sus amigos de infancia.
Un beso desde Madrid.